La técnica de bondage es milenaria y tiene origen japonés, en esta práctica sexual se utilizan ataduras, puede ser total o parcial, por medio de cuerdas, esposas, lazos, corbatas, cintas o cualquier otra cosa que pueda mantener inmovilizada físicamente a la otra persona.
La fuente de placer aquí es la dominación de una persona y la entrega de la otra y no el dolor como podría pensarse.
No poder moverte y dejar que tu pareja se ocupe del acto sexual genera placer en ambos y es una de las grandes ventajas del bondage, es sexo sin restricciones y sin inhibiciones para ambos.
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